Esta última semana,
los astrónomos están exaltados por la aparición de una mancha solar de un
tamaño excepcional, una de las más grandes de este siglo si no la mayor. Es tan
grande que es visible a simple vista en el orto u ocaso solar, cuando nuestra
estrella está ligeramente sobre el horizonte y la atmósfera terrestre hace de
filtro natural de los intensos rayos solares.
Una mancha solar es una región del
Sol que tiene una intensa actividad magnética y posee una temperatura más baja
que la de región en la que está inmersa. En una mancha solar encontramos dos
zonas diferenciadas: la “umbra” que es la más oscura y la “penumbra” algo más
clara y que rodea a la anterior con una estructura de filamentos claros y
oscuros que se extiende radialmente desde el centro. Ambas regiones parecen
oscuras sencillamente por el contraste de temperatura con la superficie
luminosa del Sol, la fotosfera. La zona central de una mancha solar se encuentra
aproximadamente a unos 4.000 ºC de temperatura mientras que la fotosfera está a
unos 5.500 ºC.
Una pequeña mancha solar suele tener
un tamaño superior a los 10.000 km, más o menos el tamaño de nuestro planeta,
pero en ocasiones no aparecen en solitario sino formando grupos de manchas que
alcanzan los 100.000 km de extensión e incluso bastante más. Actualmente
tenemos una enorme mancha solar casi en el centro del disco visible del Sol y
que tiene un tamaño de casi 200.000 km, la mitad de la distancia de la Tierra a
la Luna o equivalente a unos 15 planetas Tierra colocados uno tras otro.